La alopecia androgenética, también denominada calvicie común, es uno de los cuadros más frecuentemente observados en las consultas, ya que hasta el 50% de los pacientes varones a partir de los 50 años van a presentar algún grado (y el porcentaje aumenta según aumenta la edad).
La causa es una combinación de factores genéticos y hormonales, de ahí su nombre: andro-genética. Se han descrito más de 80 genes asociados a la alopecia androgenética lo que hace que la herencia sea como ir heredando piezas de un puzzle que hacen a cada varón más o menos susceptible. Las hormonas que se relacionan con alopecia androgenética son los andrógenos (principalmente testosterona y dihidrotestosterona). El pelo recibe información de las hormonas a través de unos receptores que serán más o menos sensibles según la genética. En pacientes predispuestos a alopecia estas hormonas ocasionan una miniaturización capilar, osea que el cabello se hace progresivamente más fino. Con la evolución de años el pelo se hace tan fino que llega a desaparecer.
La alopecia androgenética comienza a aparecer en forma de disminución de densidad del pelo (o de su grosor) en la región de la coronilla o las entradas. Se irá viendo como ambas zonas “clarean” de forma progresiva pues el pelo en dichas zonas se hace más fino hasta observarse su desaparición. Si no se realiza tratamiento, el pelo llega a desaparecer dejando zonas alopécicas, sobretodo en entrada y coronilla, hasta poder ocupar toda la zona superior. Es importante el diagnóstico precoz para evitar la pérdida permanente de pelo.
La alopecia androgenética es de fácil diagnóstico pues tiene una presentación característica, con lo cual se puede diagnosticar en la consulta. Se realiza tricoscopia para valorar la miniaturización del pelo para así diagnosticar formas incipientes de alopecia, que aun no se observan a primera vista. Se va a observar una disminución de la densidad capilar así como unos tallos pilosos de grosores heterogéneos (debido al proceso de miniaturización que sufrieron los folículos). Para el seguimiento es indispensable el control digital fotográfico y tricoscópico.
En varones, no siempre es necesaria una analítica sanguínea, cuya utilidad será valorada en consulta en función de las características específicas de cada paciente.
La alopecia androgenética es un cuadro que evoluciona a lo largo de la vida, y cuyo tratamiento por tanto debe ser a largo plazo. No es cierto que la suspensión de la medicación lleve a que se caiga todo el pelo que ha crecido mientras se tomaba, pero si se suspende, el cuadro vuelve a comenzar su lenta progresión un tiempo después. En otras palabras los tratamientos no curan la alopecia para siempre, pero permiten que esta no progrese. Por tanto, siempre se recomendará usar tratamientos durante un tiempo determinado, pudiendo posteriormente modificarlos para pasar a una terapia de mantenimiento que permita prologar el efecto beneficioso de dichos tratamientos. El tratamiento de una alopecia androgenética tiene 2 funciones:
1. Controlar el efecto de las hormonas sobre las raíces capilares, para evitar la progresión y dejar que el pelo crezca con mejor potencial.
2. Mejorar el crecimiento capilar, para conseguir mejoría estética.
El tratamiento de las alopecias por excelencia. Su historia es curiosa, por que es un tratamiento para la hipertensión. Cuando se daban dosis altas se observó que le crecía mucho el pelo a los pacientes y se comenzó a estudiar para usarlo solo para el pelo. Se describió su utilidad hace más de dos décadas y que sigue usándose con buenos resultados. Esta molécula es capaz de estimular el crecimiento del pelo, mejorando la vascularización del mismo. Esto hace que prolonge el tiempo de crecimiento del pelo, tomando aspecto más grueso y denso
Existen múltiples vías de aplicación, pudiendo ser tópico, oral o mediante microinyecciones repetidas (mesoterapia minoxidil).
La aplicación tópica se asocia con buenos resultados si se realiza la aplicación diaria. Al llevar el minoxidil un excipiente alcohólico en ocasiones puede ocasionar leve irritación que se controla con los champús o cosméticos adecuados. Su principal problema es la incomodidad de su aplicación, ya que puede dejar residuo y dar al pelo aspecto de suciedad.
Desde hace unos años s, se puede realizar tratamiento vía oral a unas dosis baja de 0,5-2,5mg (dosis más altas de entre 40-80mg diarios se usan para tratar la hipertensión). Es un tratamiento que ha demostrado ser efectivo y tener un buen perfil de seguridad. No va a bajar la tensión del paciente si se elige bien la dosis. El principal efecto adverso es el crecimiento de pelo de otras zonas corporales, el cual es reversible al bajar la dosis. Muchos de mis pacientes están tan contentos con el crecimiento de pelo que prefieren depilarse el pelo indeseado a bajar dosis, pero eso ya es una decisión personal.
La mesoterapia de minoxidil implica la inyección de la molécula en el cuero cabelludo a la altura de las raíces pilosas que tienen una profundidad de 4mm aproximadamente. Es un tratamiento que se realiza en consulta cada 15 días. Es prácticamente indolora. Ya que se realizan las inyecciones yo suelo combinarlo con vitaminas u otros componentes en función de las características del paciente.
Los antiandrógenos son fármacos que disminuyen el efecto negativo que ejercen algunas hormonas sobre el crecimiento del pelo. Para poder administrar dosis más elevadas sin afectar al resto del cuerpo se comenzaron a usar de forma local, inyectándolos justo en la zona donde se encuentran las raices pilosas (a 4mm de profundidad en el cuero cabelludo). Se trata de una forma innovadora de realizar tratamiento habiéndose demostrado sus efectos beneficiosos a nivel científico. La mesoterapia se usa en aquellos cuadros influídos por hormonas y va a conseguir un mejor crecimiento, mayor grosor y densidad y mejor aspecto en general y todo ello sin administrar un fármaco a nivel general del cuerpo.
Es un tratamiento que se realiza en consulta, bajo anestesia local con molestias mínimas. Según el paciente se puede realizar de forma mensual o trimestral. No requiere preparación específica y tras el tratamiento el paciente puede volver inmediatamente a sus actividades habituales. Este tratamiento innovador implica la infiltración de moléculas de dutasteride (antiandrógeno) directamente en el cuero cabelludo a la misma profundidad a la que se encuentra la raíz del folículo piloso donde están las células de crecimiento. Suele tardarse entre 2-3 sesiones en comenzarse notar los efectos.
Cuando se hace una herida sobre la piel el cuerpo envía toda su artillería para repararla. Esta es la idea detrás de este tratamiento que busca hacer unas microheridas de forma controlada para que el cuerpo envíe factores de crecimiento. Como las realizamos en zona del cuero cabelludo y con una profundidad que equivale a la raíz del pelo, se consigue efecto sobre las células del pelo. El resultado es una mejoría en la capacidad de crecimiento y mayor densidad del pelo. Se suele usar asociado a tratamientos específicos de las diferentes patologías o como tratamiento estético para mejorar la calidad de pelo sin enfermedad.
La técnica se realiza en consulta con anestesia local. No requiere una preparación específica del paciente, y tras su realización se puede volver a las actividades normales de la vida diaria. Las molestias aparecen solo durante el tratamiento y son completamente tolerables. Cuando se realiza el tratamiento se puede asociar con la aplicación tópica de sustancias activas para mejorar el resultado del tratamiento. Se debe repetir para llegar a observarse los efectos, siendo idóneo repetirlo cada 15 o 30 días.
Las hormonas andrógenos son las llamadas “masculinas” ya que predominan en los hombres, pero están presentes en ambos sexos. En personas predispuestas cuando entran en contacto con la raíz del pelo alteran su crecimiento haciendo que sea más lento e ineficaz por lo que el pelo acaba más fino e incluso desapareciendo. Los mútiples fármacos con efecto antiandrógeno van a frenar y revertir este efecto para dejar que el pelo crezca de mejor calidad. Es un tratamiento muy eficaz que busca controlar la afectación hormonal sobre los folículos pilosos que hacen que el pelo se haga progresivamente más fino. Pueden frenar la progresión de la alopecia, y en muchos casos incluso mejorarla. Son fármacos muy seguros cuya eficacia se ha demostrado científicamente desde hace muchos años. Existen diferentes tipos, cada uno indicado en diferentes tipos de pacientes.
Se llaman inhibidores de la 5 alfa reductasa, que es la molécula que permite que las hormonas transmitan su información al folículo piloso. Es por ello que actúan de forma selectiva sobre el pelo causando escasos efectos adversos en el resto del cuerpo. Se pueden tomar vía oral, así como aplicarse tópicamente o mediante microinyecciones (mesoterapia dutasteride). Se elegirá la forma de tomarlos en función del tipo de alopecia del paciente y otras características.
Estos fármacos han demostrado un buen perfil de seguridad y el paciente puede hacer vida completamente normal durante el tratamiento. El dutasteride es más potente, resevándose para casos más evolucionados. Se habla de la posibilidad de efectos adversos en la esfera sexual, algo muy controvertido a nivel científico pero que sea como fuere aparecen en un 1% de los pacientes que toman esta medicación y son reversibles. Los resultados de este tipo de tratamiento suelen comenzar a ser visibles a los 6-8 meses.
El PRP es un tratamiento que estimula el crecimiento capilar y controla la inflamación. La sangre contiene las plaquetas que son unas células encargadas de curar heridas. Cuando las activamos van a liberar factores de crecimiento, originalmente con el fin de curar el cuerpo. Se comenzó ya hace muchos años a usar en medicina regenerativa. Como el folículo piloso que origina al pelo es una estructura en continuo crecimiento estos factores de crecimiento aplicados localmente van a mejorar y estimular su función. Esta estimulación de la raíz del pelo tiene como resultado una mejoría en el crecimiento capilar, en el brillo del pelo, su consistencia y su caída
Al ser componentes de la propia sangre del paciente se considera un tratamiento natural apto en embarazadas, pacientes con patología oncológica, veganos y vegetarianos etc…
La técnica es prácticamente indolora y se realiza en consulta. Se extrae sangre al paciente (igual que en una analítica) para aislar la porción rica en plaquetas mediante una centrifugación y separación específica y minuciosa. Esta porción separada que es el propio plasma rico en plaquetas se va a activar con una sustancia para que las plaquetas liberen a sus factores de crecimiento. Cuando lo tenemos preparado y activado es el momento de inyectarlo en cuero cabelludo a 4mm bajo la piel, la altura de las raíces pilosas. Se puede aplicar anestesia local en cuero cabelludo previamente para que sea menos molesto.
El paciente puede volver a actividades normales inmediatamente después, y no requiere preparación específica. Si bien el paciente sale algo más despeinado de lo que entró a consulta, puede incluso volver al trabajo inmediatamente después. Su frecuencia se valorará en cada caso, en función de si se usa como tratamiento mantenido para una patología o como tratamiento estético para mejorar la calidad del pelo.
En algunos pacientes, la alopecia debe ser tratada quirúrgicamente para obtener unos resultados óptimos. Cuando ya el pelo no es capaz de crecer por si solo, lo tendremos que “colocar” quirúrgicamente. Las técnicas de trasplante están en constante evolución y mejora. Actualmente se usa la técnica de microinjertos que permite unos resultados completamente naturales en manos expertas, pues se colocan los pelos uno a uno. La tecnología utilizada es cada ves más eficiente, permitiendo la realización de trasplantes a mayor velocidad con resultados óptimos.
Su éxito se basa en tomar pelo de una zona donde está sano (zona donante) para colocarlo en una zona donde hay alopecia (zona receptora). El pelo no crece de forma aislada sino en forma de folículo piloso. Esta estructura incluye células madre que dan lugar al pelo pero también la glándula de grasa. Por ello cuando lo sacamos del cuerpo se podría asemejar a cuando se trasplantan otros órganos. Debe de tratarse con máximo cuidado para que no se dañe y colocarlo en su ubicación final lo antes posible. Entonces las células madre se adaptan a su nueva localización y comienzan a crecer.
Existen varias técnicas de trasplante para la extracción del pelo de la región posterior del cuero cabelludo. Hoy en día además existe la opción de trasplantar pelo de cualquier parte del cuerpo y también de colocarla en prácticamente cualquier zona.
Las opciones de extracción son la técnica de la tira (o FUT) y la técnica de extracción de unidades foliculares individuales (FUE).
– Trasplante TIRA
La técnica de la tira se basa en la extirpación quirúrgica una zona de piel de cuero cabelludo con todos sus folículos pilosos. Una vez extraída se juntan los dos extremos de piel sin dejar rastro más que una mínima cicatriz lineal. Las unidades foliculares de la tira se van a separar microscópicamente para poder implantarlas una a una. El beneficio de esta técnica es que no requiere rapado de la zona donante y se pueden obtener muchas unidades foliculares muy sanas para trasplantar.
– Trasplante FUE
En FUE las unidades foliculares se extraen ya de forma individual, con un pequeño bisturí circular llamado punch. La recuperación es mucho más rápida pues las extracciones quirúrgicas son microscópicas y dejará unas mínimas cicatrices puntiformes casi invisibles. Se recomienda especialmente en aquellas personas que no les importe cortar el pelo o raparlo antes de la intervención. Es de elección en personas que van a llevar el pelo corto tras la intervención. La tecnología que asiste al FUE está evolucionando a pasos agigantados, así como los robots cada vez más eficaces.
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